miércoles, 2 de agosto de 2006

APRONI y ocho veranos de ayuda.



Más de veinte años después del accidente en la central nucjear de Chernóbil, los habitantes de las zonas próximas al lugar siguen sufriendo las terribles consecuencias de los efectos de la radiactividad. Los más afectados como siempre son los más débiles, y en este caso estos son los niños. La asociación APRONI, que cuenta en Belmez y la comarca del Guadiato con una sede, desde hace ocho años se encarga de traer hasta estas tierras, lejos de Bielorrusia, a un grupo de niños para que pasen entre nosotros los meses de verano para que su organismo sufra un proceso de "depuración" que es fundamental para puedan vivir con normalidad el resto del año y el resto de sus vidas. Todos los años, el ayuntamiento de Belmez les recibe en un emotivo acto en el que los niños reciben unos regalos en presencia de las familias de acogida.

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